Intoleràncies alimentàries

INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS

¿QUÉ SON LAS INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS?

Las intolerancias alimentarias son unas reacciones adversas que se dan cuando el organismo no puede digerir, de forma correcta, un alimento o alguno de sus componentes.

Aunque los síntomas de la intolerancia son similares a las de alguna alergia alimentaria (diarrea, dolor intestinal, cólicos, cefaleas…), la causa no es la misma. En las intolerancias no interviene el sistema inmunitario.

TIPOS DE INTOLERANCIAS

Según la causa, podemos clasificar las intolerancias alimentarias en tres grupos: enzimáticas, farmacológicas o químicas e indeterminadas.

Intolerancias alimentarias de causa enzimática
intolerància a la lactosa

Se producen cuando el organismo no dispone de las enzimas necesarias para metabolizar ciertos componentes del alimento. Este tipo de intolerancia es la más frecuente en la población y, entre ellas, destaca la intolerancia a la lactosa o fructosa.

Intolerancias alimentarias farmacológicas o químicas

Se deben a reacciones anómalas ante algunas sustancias presentes en ciertos alimentos, como el vino, chocolate, queso fermentado, etc. Los síntomas dependen de la dosis de alimento ingerida y de la presencia de otros factores, como el alcohol, que incrementan la reacción. Este hecho explica por qué no siempre se da una reacción de intolerancia ante la presencia del alimento.

Las intolerancias farmacológicas están causadas principalmente por la presencia de aminas vasoactivas en los alimentos (histamina, tiramina, serotonina…), cafeína, teofilina y alcohol.

Intolerancias alimentarias indeterminadas

Este tipo de reacción se debe a la exposición de los individuos a los aditivos y contaminantes presentes en los alimentos, principalmente procesados, como los conservantes (sulfitos, cloruros, nitratos, nitritos…), potenciadores del sabor (glutamato monosódico…), etc. Hay que tener en cuenta que algunos de estos aditivos están presentes, de forma natural, en algunos alimentos.

intolerancia indeterminada

PRINCIPALES INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS

INTOLERANCIA AL GLUTEN Y CELIAQUIA

El gluten es una proteína que está presente en muchos cereales como el trigo, cebada, centeno, avena, espelta, kamut y triticale. Representa el 80% de las proteínas y es el responsable de la elasticidad de las masas de harina. Su ingesta puede dar lugar a diferentes patologías en determinados individuos, concretamente intolerancia al gluten y la celiaquía.

Intolerancia al gluten: se caracteriza por presentar una sintomatología digestiva (cólicos, dolor intestinal, diarrea, …) y extradigestiva (fatiga, dolor muscular, …) cada vez que existe una ingesta de gluten. Los síntomas desaparecen cuando se deja de ingerir gluten.

Celiaquía: es una enfermedad, de base inmune, causada por la ingesta de gluten, que se presenta en individuos genéticamente predispuestos. Se caracteriza por una reacción de inflamación en la mucosa del intestino delgado que dificulta la absorción de macro y micronutrientes aportados por la dieta alimentaria.

Los síntomas más comunes son: diarrea, pérdida de peso y fuerzas, distensión y dolor abdominal, vómitos y, en niños, detención del crecimiento. Otros síntomas extradigestivos que pueden aparecer son: anemia, osteoporosis, déficit de vitaminas y sales minerales o propias de otras patologías asociadas.

El tratamiento de la celiaquía consiste en una dieta sin gluten a lo largo de toda la vida. En ausencia de esta proteína, los síntomas desaparecen, la serología se restablece y se recuperan las microvellosidades intestinales.

INTOLERANCIA A LA LACTOSA

La lactosa es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y en la humana, y que también puede encontrarse en muchos alimentos preparados. Es el llamado azúcar de la leche.

La lactasa es una enzima producida en el intestino delgado, que juega un papel vital en el metabolismo de la lactosa (proceso necesario para su absorción por nuestro organismo) en sus dos componentes básicos: glucosa y galactosa. Si los niveles de lactasa son bajos o ésta no realiza bien su labor desdobladora, aparecen dificultades para digerir la lactosa.

La intolerancia a la lactosa significa que no hay suficiente enzima lactasa en el intestino delgado para romper toda la lactosa consumida. La lactosa digerida parcialmente o no digerida pasará al intestino grueso y allá, se descompondrá por las bacterias del intestino grueso, generando gases y ácidos grasos de cadena corta causantes de todos los síntomas. Estos pueden ser: náuseas, dolor abdominal, espasmos, distensión abdominal, gases abdominales y flatulencias, diarreas ácidas, heces pastos y flotantes, defecación explosiva, vómitos y enrojecimiento perianal.

Al existir una alteración de las mucosas intestinales, también se pueden producir una serie de síntomas inespecíficos en cualquier parte del cuerpo, como pueden ser: abatimiento, cansancio, dolores en las extremidades, problemas cutáneos, alteraciones de la concentración, nerviosismo y trastornos del sueño.

El tratamiento consiste en la supresión de lactosa de la dieta en función del grado de intolerancia. Se puede ingerir leche sin lactosa y evitar productos manufacturados con lácteos como conservantes.

COMENTARIOS

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te informamos que la información que nos facilitas será tratada por Secualiment Seguretat Alimentària i Nutrició, S.L. como responsable del tratamiento, con el fin de registrar tu comentario en la web. La legitimación se obtiene mediante tu consentimiento. No se realizan cesiones de datos, salvo a los proveedores de servicios de alojamiento de los servidores ubicados dentro de la UE. Podrás ejercer los derechos de acceso, rectificación, supresión, limitación, oposición, portabilidad, o retirar el consentimiento enviando un email a admin@secualiment.com. Consulta nuestra Política de Privacidad para más información.